Hace unos días, al actualizar la versión de Google Search para móviles, me llamó la atención que en la pantalla con la información de las condiciones del servicio, Google se toma la confianza de tutearnos:
¿Será que como Google lo sabe todo de nosotros nos podemos considerar amigos, casi de la familia?.No pretendo (ni puedo) juzgar a Google sobre si es una amenaza contra nuestra intimidad, si sus prácticas son monopolistas o si es el nuevo Gran Hermano, como algunos argumentan. Incluso alguien ha llegado a publicar que Google es la mayor amenaza totalitaria para el planeta desde Hitler o Stalin. Desproporcionado como mínimo, aunque hay otros muchos calificativos aplicables a esta afirmación.
Reducido al nivel de simple usuario, considero a Google como una empresa privada que me ofrece excelentes servicios en la red (en su mayor parte gratuitos) y de los que yo, de forma totalmente voluntaria, hago uso, esencialmente porque me hacen la vida más fácil (al menos una parte de mi vida). Como contrapartida, Google obtiene un sustancioso beneficio económico gracias a la información y los datos que yo les aporto, procedente de la venta de publicidad basada en esa información. Supongo que esto es un "intercambio" legal, beneficioso para ambas partes y en cualquier caso voluntario. Si no quieres que Google te "vigile" y haga negocio gracias a ti, simplemente no utilices ninguno de sus servicios. Seguro que en la red (o en la tienda) hay servicios y aplicaciones mucho más "respetuosas con tu intimidad". Es cierto que la información es poder, pero si nos trasladamos a este nivel, mejor que nos dediquemos al ascetismo.
Si eres usuario registrado de Google y te preocupa lo que Google sabe de ti, puedes echar un vistazo a Google Dashboard, un servicio en el que aparece resumida la información que Google almacena en sus servidores sobre nosotros, aunque limitada a la información estadística "evidente", guardándose los datos más sensibles (obviamente la información que Google recopila sobre nuestras búsquedas, selecciones y de las controvertidas cookies, en la que se basan sus plataformas publicitarias AdSense y AdWord, no aparece por ningún sitio). A través de este panel de control de nuestra cuenta de Google, se nos facilitan los enlaces para la administración y configuración de la información y a la política de privacidad de los servicios a los que estamos suscritos (por si a alguien le queda alguna duda al respecto, un mensaje subliminal de los abogados de Google: "el que avisa no es traidor"). Total y aparente transparencia.
Cuando un día vaya por Mountain View me pasaré a saludar a mis amigos Larry y Sergey y que me cuenten algo sobre ellos, para seguir conociéndonos mejor. Incluso, como buenos amigos que somos, me atreveré a hacerles alguna inocente sugerencia. ¡Hay confianza!.
11 ene 2010
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